lunes, 16 de noviembre de 2015


Cada mañana, compartido, en silencio, o planeando el día, despertando, infaltable. 

Besos a mi compañera de café, de cada mañana.

HACE 30 AÑOS, CUANDO CONOCIMOS EL MIEDO

Hay tazas de café amargo, cuando no ponemos atención la tostión del grano se pasa de tiempo o el agua pierde todo su oxígeno o no ponemos suficiente agua al filtrar.

En este mes de noviembre se conmemoran dos eventos catastróficos, la toma del Palacio de Justicia y la tragedia de Armero, cada uno tan doloroso como el otro.

En la época de estos hechos yo contaba con 9 años, veía las imágenes de los noticieros y la expresión de mi madre ante lo que parecían ser imágenes de una película que nadie podía creer.

Hoy, a la vuelta de tres décadas las imágenes de la película son las mismas, inverosímiles y terribles, pero lo son aún más cuando vemos que el desastre de Armero se pudo evitar, no la pérdida del pueblo, sino las vidas de sus habitantes; en el caso del Palacio de Justicia vemos que los tentáculos del narcotráfico se unieron a los “ideales” guerrilleros y al silencio del Gobierno de turno. Ya no vemos las noticias con los ojos inocentes de hace treinta años, saber que el 6 de noviembre de 1985 la Justicia ardió y que al parecer ese día murió, o mejor, fue desfigurada con toda intención y que el 13 de noviembre de ese mismo año la naturaleza arrasó con 23.000 vidas porque los “honorables” congresistas tildaron a los expertos de “Jinetes del Apocalipsis” hace que la inocencia se pierda por completo. Nuestro gobierno pedirá perdón por su negligencia?

Duele profundamente, ver arder el Palacio y pensar en los desaparecidos sin tumbas ni paz, ver un vídeo de la pequeña Omaira Sanchez y llorar como no supe llorar hace treinta años.


Pero hoy debemos llorar porque siguen ocurriendo desastres anunciados, la dama Justicia se entrega al mejor postor (desde ese “accidente” anda mas maquillada) y todos los ciudadanos seguimos siendo Omaira: con el agua al cuello, manteniendo la fe, con neumático que nos mantiene a flote y las planchas de concreto de la corrupción aprisionándonos las piernas y nuestros pies tocando a nuestros muertos. 

Desde hace treinta años conocímos el miedo.

jueves, 3 de septiembre de 2015

HABLEMOS DE COHERENCIA (TAL VEZ NO DE FORMA COHERENTE)

Calentar el agua antes de pasar por el filtro con café, para preparar un buen tinto, es coherente; si el agua esta muy caliente o no se calienta, entonces el tinto queda con un terrible sabor. Así el sabor del tinto es reflejo de los pasos que se realizaron anteriormente.

Hace tiempo nos hablaron de individualidades, que cada uno era responsable de su propio camino y las cosas que nos sucedieran eran responsabilidad del destino, los genes, la suerte, en fin, de otros... pero que recordáramos siempre que eramos responsables de nuestras vidas; en esto no hay coherencia. Si cada uno es responsable de sus cosas .... por qué dejamos esa responsabilidad en manos de otros?, tal vez porque es mas fácil decir que es de otro la culpa y "yo no fui"; el tema de "eso no es mi responsabilidad", "de dije a tal que lo hiciera", "para eso elegimos representantes", "la culpa es del Presidente, del Alcalde, del Congresista. (de turno)" tiene una contra-parte: Y USTED QUÉ HACE AL RESPECTO?.

Si lo planteamos mejor la pregunta es: Qué hago Yo al respecto?.

Toda la vida es un reflejo, la premisa metafísica de "Como es arriba , es abajo", aplica también de adentro hacia afuera, y la frase de Joseph de Maistre "Cada nación tiene el gobernante que merece", son la muestra de este reflejo. Veámoslo así: mis gobernantes no son honestos, yo estoy siendo honesto?, mis gobernantes no cumplen sus promesas, yo cumplo  mis promesas?,  el tema del momento: el Presidente no actúa con firmeza, yo soy firme y actúo cuando es necesario?.

Tenemos la pereza burguesa de que los demás hagan las cosas que no queremos hacer, por una u otra razón, por eso los elegimos incluso les pagamos, pero terminamos quejándonos de las cosas que no fueron hechas y, coherentemente, tampoco las hacemos, porque para eso los elegimos e incluso, les pagamos.

Y si tomamos responsabilidad y control de cada cosa que hacemos, cada palabra dicha, cada elección tomada?, sí no tiramos basura al piso para tener una ciudad limpia?, y sí elijo alguien para representarme, que ese alguien sea reflejo de lo que yo soy?.

La coherencia es ser los mismos en cada momento y lugar, en cada palabra y pensamiento, en cada acción que realizo bien sin necesidad de que alguien me este mirando, o vigilando o pagando por ello para que se refleje mi propia luz en los demás y que su luz se refleje en mí.

Hasta otro tinto ...

P.S.: El tinto y las comidas reflejan el sentimiento de las personas, todos lo sabemos, por qué insistimos en negar conocimientos ancestrales, probados, comprobados y vividos, para vivir en una "feliz" ignorancia?.

lunes, 25 de mayo de 2015

QUE POBRES SOMOS

En la tarde fría, en medio del desarrollo de un trabajo me tome un momento para tomar el tinto de la tarde, preparado en la caseta, de manera exquisita y un toque de limón pero para mi sorpresa había gastado mi capital entero en materiales y pagos y no podía pagar en ese momento los $500 que cuesta tan preciada bebida, sencillamente no pedí mi café y lo dejé para otro momento ya conciente de que, entre otras cosas, debía cuidar mis gastos para no quedarme sin mi tinto por la calle.

En ese momento no pedí el tinto para tomármelo y salir corriendo, ni me mandé con un cuchillo a decirle a la señora "Deme tinto que usted tiene ahí y yo nó", ni le raponeé un vaso de tinto al señor que acaba de comprar uno.

Probablemente por la educación recibida, veo estas acciones como salidas de toda lógica
pero en nuestra realidad estamos viendo otra cosa: los colados de Transmilenio, que si tuvieran grupo en Facebook ya serían miles de seguires, no valen fotos, ni videos, ni salir en vivo en los noticeros, y lo peor, no valen los muertos por tan estúpida hazaña.
Cuando escuchamos los motivos de porqué ese comportamiento suicida, la respuesta mas común es "el pasaje es muy caro", seguido de "otros lo hacen", "que le importa, sapo" y otros rellenos de insultos y "HHMMPP" (con fruncido de hombros incluido), ninguna razón presentada por estos suicidas tiene un peso suficiente para justificar el valor cambiario de $1.800 ($1.500 hora valle, el suicidio no conoce picos) por una vida completa.

Que pobres somos, si los ciudadanos estan trabajando y el salario alcanza para tomar el transporte entonces está trabajando en vano, claro que también se puede dejar de tomar trago cada ocho días hasta perder la conciencia, ó en la quincena recargar la tarjeta con lo que corresponde, ó simplemente, dejar de convertirnos en criminales nosotros mismos y "auto-empobrecernos".

Cada día nos estamos llenendo la cabeza con la afirmación del soy pobre, no me alcanza, y andamos con la mano extendida hacia uno y otros diciéndonos "Usted tiene, yo nó", y aunque es innegable que la situación laboral ó económica actual no es la más sencilla, nada justifica el vandalismo, el robo continuado y sobre todo el ejemplo a nuevas generaciones donde les estamos dejando en el chip una vida de pobreza infinita, no les decimos que son gestores de sus propias vidas y recursos, que las oportunidades existen y son creadas por nuestros actos, sino les afirmamos que son víctimas y todos deben sentir lástima por ellos.

Nuestras nuevas generaciones deben saber que actuar como lo dicen las normas es lo correcto, pagar el pasaje de transporte es lo correcto y que morir arrollado por un articulado con la plata del pasaje en el bolsillo es una muerte estúpida.

Nada justifica el crimen ni la violencia, me da miedo ver que hay personas que dicen que "como todo el mundo roba, pues yo también (ó el alcalde o el funcionario público tambien puede robar), no se justifica romper la Universidad Nacional ó la Pedagógica "por que sí", el argumento del "hay que ser vivo", "esos tienen mucha y no les duele", "hay que romperlos por perros" no lleva a ningún lado.

Es difícil pero hacer las cosas bien, buscar ser mejores desde adentro, trabajar en oportunidades para ser mejor persona, enseñar a nuestros hijos que las palabras Respeto, Civismo, Honradez, no son palabras fuera de moda, ni de siglos pasados, empezar a creer que somos más que nuestra realidad actual, que podemos hacer cambios, que podemos actuar para crear la realidad que deseamos, son los pasos que nos llevan a un estado de paz real, y de riqueza real, la verdad prefiero creer que tengo oportunidad y trabajar en ello, que echarme a la pena porque no tengo nada y nada tendré y nadie me va a dar.

Para finalizar les cuento que me encontré con uno de mis amigos de tinto y me invitó a ese delicioso tinto con limón que vende la señora de a caseta, no me quedé con las ganas y charlamos de otros temas ...

Hasta el próximo tinto.

viernes, 17 de abril de 2015

Eso que llamamos PAZ

El tinto está caliente, oscuro y humeante, rodeado de varios observadores que esperan probar un poco para poder tomar más; pero en esta analogía cuál es el tinto? nuestro país?, el famoso Proceso de Paz?, lo que viene después?, eso está por verse.

Lo que llamamos Paz no es un papel firmado en una ciudad otro país, la Paz no es dejar de dar tiros a diestro y siniestro ni entregar pedazos de territorio e impunidad, tampoco es un acto administrativo donde el señor presidente de turno corta un lindo listón rosado con unas tijeras de oro y decir "Bienvenidos al Futuro", (que ya lo dijo uno antes pero...), lo que llamamos Paz no es señalar a un servidor público y dejarle todo el peso de las decisiones que corresponden a un pueblo entero, por franca pereza mental y apatía a lo que llamamos política, tampoco es valerse de un libro de sabiduría para decir que todos somos pecadores menos el autor.

Si buscamos la definición de Paz veremos que es la ausencia de guerra, de violencia, pero también "es un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad" (Wikipedia) y allí es donde debemos detenernos y revisar bien que es lo que llamamos PAZ.

En una sociedad donde la Justicia es un bien transaccional (ojo, no transicional), la Educación es un trámite y los Valores son la peor etiqueta de una persona es difícil encontrar "equilibrio y estabilidad [de] las partes de una unidad", no es posible pensar que se puede hacer ó tener Paz si cada uno de los individuos de nuestra sufrida Colombia no se dispone a hacer lo justo y lo necesario; cuando dejemos de pensar que quien tiene que hacer lo necesario es el otro, el de al lado, el de arriba, o sencillamente quitarnos la muletilla del "Señor, heme aquí, úsalo a él" (parafraseando una parte del libro de sabiduría) empiezan los cambios. 

Si el campesino no puede vivir en el campo y trabajar la tierra, si el habitante de la ciudad no puede vivir dignamente y ganar su sustento honradamente, si el menor de edad no puede acceder a la educación de calidad y el joven no puede desempeñar su vocación, eso que llamamos Paz no se acercará mucho que digamos, y sumemos a esto el hambre físico que se sufre en demasiados hogares, la violencia contra todo (mujeres, niños, homosexuales, pasajeros, judíos, cristianos, musulmanes, ateos, policías, civiles, Usted póngale un nombre y seguro que será violentado), la inequidad, obviamente, la avaricia.

Mis amigos alrededor del tinto tienen muchas visiones al respecto: Más guerra, Más marchas, Más apatía,  Menos votos, Menos libertad, Más (ó Menos) orden, pero todos coincidimos en algo: hay que actuar, por supuesto que no todos vamos a llegar a ser alcaldes ó presidentes, ni siquiera a la Junta de Acción Local ó a la Asociación de Padres de Familia del colegio de nuestros hijos, pero sí que hay cosas para hacer, como ciudadanos son miles de pequeñas acciones que marcan grandes diferencias: no tirar el papel al piso, decir "por favor" y "gracias", escuchar la sabiduría de los mayores, enseñar a nuestros hijos el significado del RESPETO y los valores, no sentir vergüenza de ceder el puesto .... y pagar el pasaje, hay muchas más que seguro conocemos y que en verdad valen la pena.

Pero la mayor acción que necesitamos realizar es educarnos y educarnos en temas que no son ajenos a nuestro día a día: la economía personal, la educación de nuestros hijos, y en gran parte la política local y regional, para poder exigir con propiedad, para entender de que nos hablan los medios y saber si en verdad nos mienten, para poder tolerar y comprender, para dejar de ser el pueblo al que le están haciendo creer que Eso que llamamos PAZ, es un documento que se firma en otro país y que es para todos pero que va a beneficiar a unos.

El tinto se acaba y volvemos a nuestro diario que hacer.

Hasta el próximo (y no necesariamente) tintowww.facebook.com/luiscamposdg90fc

SOMOS LA SAL DE LA TIERRA

¿Existe un cielo o un infierno?, ¿se construye o se llega allí?, el tiempo de parar un poco y meditar puede llevar a esas preguntas pero el...